viernes, 15 de noviembre de 2013


LA FAMILIA QUE REZA,
CONSERVA LA FE Y VIVE LA ALEGRÍA
Homilía del Papa Francisco en la Jornada de la Familia
con ocasión del Año de la Fe (domingo, 27-10-20013)

Las lecturas de este domingo nos invitan a meditar sobre algunas características fundamentales de la familia cristiana.
1. La primera: La familia que ora. El texto del Evangelio pone en evidencia dos modos de orar, uno falso – el del fariseo – y el otro auténtico – el del publicano. El fariseo encarna una actitud que no manifiesta la acción de gracias a Dios por sus beneficios y su misericordia, sino más bien la satisfacción de sí. El fariseo se siente justo, se siente en orden, se pavonea de esto y juzga a los demás desde lo alto de su pedestal. El publicano, por el contrario, no utiliza muchas palabras. Su oración es humilde, sobria, imbuida por la conciencia de su propia indignidad, de su propia miseria: este hombre en verdad se reconoce necesitado del perdón de Dios, de la misericordia de Dios.
La del publicano es la oración del pobre, es la oración que agrada a Dios que, como dice la primera Lectura, «sube hasta las nubes» (Si 35,16), mientras que la del fariseo está marcada por el peso de la vanidad.
A la luz de esta Palabra, quisiera preguntarles a ustedes, queridas familias: ¿Rezan alguna vez en familia? Algunos sí, lo sé. Pero muchos me dicen: Pero ¿cómo se hace? Se hace como el publicano, es claro: humildemente, delante de Dios. Cada uno con humildad se deja ver del Señor y le pide su bondad, que venga a nosotros. Pero, en familia, ¿cómo se hace? Porque parece que la oración sea algo personal, y además nunca se encuentra el momento oportuno, tranquilo, en familia… Sí, es verdad, pero es también cuestión de humildad, de reconocer que tenemos necesidad de Dios, como el publicano. Y todas las familias tenemos necesidad de Dios: todos, todos. Necesidad de su ayuda, de su fuerza, de su bendición, de su misericordia, de su perdón. Y se requiere sencillez. Para rezar en familia se necesita sencillez. Rezar juntos el “Padrenuestro”, alrededor de la mesa, no es algo extraordinario: es fácil. Y rezar juntos el Rosario, en familia, es muy bello, da mucha fuerza. Y rezar también el uno por el otro: el marido por la esposa, la esposa por el marido, los dos por los hijos, los hijos por los padres, por los abuelos… Rezar el uno por el otro. Esto es rezar en familia, y esto hace fuerte la familia: la oración.
2. La segunda Lectura nos sugiere otro aspecto: la familia conserva la fe. El apóstol Pablo, al final de su vida, hace un balance fundamental, y dice: «He conservado la fe» (2 Tm 4,7) ¿Cómo la conservó? No en una caja fuerte. No la escondió bajo tierra, como aquel siervo un poco perezoso. San Pablo compara su vida con una batalla y con una carrera. Ha conservado la fe porque no se ha limitado a defenderla, sino que la ha anunciado, irradiado, la ha llevado lejos. Se ha opuesto decididamente a quienes querían conservar, «embalsamar» el mensaje de Cristo dentro de los confines de Palestina. Por esto ha hecho opciones valientes, ha ido a territorios hostiles, ha aceptado el reto de los alejados, de culturas diversas, ha hablado francamente, sin miedo. San Pablo ha conservado la fe porque, así como la había recibido, la ha dado, yendo a las periferias, sin atrincherarse en actitudes defensivas.
También aquí, podemos preguntar: ¿De qué manera, en familia, conservamos nosotros la fe? ¿La tenemos para nosotros, en nuestra familia, como un bien privado, como una cuenta bancaria, o sabemos compartirla con el testimonio, con la acogida, con la apertura hacia los demás? Todos sabemos que las familias, especialmente las más jóvenes, van con frecuencia «a la carrera», muy ocupadas; pero ¿han pensado alguna vez que esta «carrera» puede ser también la carrera de la fe? Las familias cristianas son familias misioneras. Ayer escuchamos, aquí en la plaza, el testimonio de familias misioneras. Son misioneras también en la vida de cada día, haciendo las cosas de todos los días, poniendo en todo la sal y la levadura de la fe. Conservar la fe en familia y poner la sal y la levadura de la fe en las cosas de todos los días.
3. Y un último aspecto encontramos de la Palabra de Dios: la familia que vive la alegría. En el Salmo responsorial se encuentra esta expresión: «Los humildes lo escuchen y se alegren» (33,3). Todo este Salmo es un himno al Señor, fuente de alegría y de paz. Y ¿cuál es el motivo de esta alegría? Es éste: El Señor está cerca, escucha el grito de los humildes y los libra del mal. Lo escribía también San Pablo: «Alegraos siempre… el Señor está cerca» (Flp 4,4-5). Me gustaría hacer una pregunta hoy. Pero que cada uno la lleve en el corazón a su casa, ¡eh! Como una tarea a realizar. Y responda personalmente: ¿Hay alegría en tu casa? ¿Hay alegría en tu familia? Den ustedes la respuesta.
Queridas familias, ustedes lo saben bien: la verdadera alegría que se disfruta en familia no es algo superficial, no viene de las cosas, de las circunstancias favorables… la verdadera alegría viene de la armonía profunda entre las personas, que todos experimentan en su corazón y que nos hace sentir la belleza de estar juntos, de sostenerse mutuamente en el camino de la vida. En el fondo de este sentimiento de alegría profunda está la presencia de Dios, la presencia de Dios en la familia, está su amor acogedor, misericordioso, respetuoso hacia todos. Y sobre todo, un amor paciente: la paciencia es una virtud de Dios y nos enseña, en familia, a tener este amor paciente, el uno por el otro. Tener paciencia entre nosotros. Amor paciente. Sólo Dios sabe crear la armonía de las diferencias. Si falta el amor de Dios, también la familia pierde la armonía, prevalecen los individualismos, y se apaga la alegría. Por el contrario, la familia que vive la alegría de la fe la comunica espontáneamente, es sal de la tierra y luz del mundo, es levadura para toda la sociedad.
Queridas familias, vivan siempre con fe y simplicidad, como la Sagrada Familia de Nazaret. ¡La alegría y la paz del Señor esté siempre con ustedes!



miércoles, 28 de agosto de 2013

CURSO PASTORAL 2013-2014
Año de la Fe (hasta el 24 de nov. de 2013)
Curso pastoral diocesano de la Caridad


Objetivo: Promover una comunidad parroquial que eduque y celebre la fe y de testimonio de caridad, acentuando una adecuada coordinación entre LA ESCUELA, LAS FAMILIAS y CATEQUESIS PARROQUIAL


sábado, 27 de julio de 2013

Discurso del Papa Francisco 
al finalizar el Vía Crucis con los jóvenes 
en el paseo marítimo de Copacabana 
(Río de Janeiro, 26 de julio de 2013)









Queridísimos Jovenes (y todos)
Hemos venido hoy aquí para acompañar a Jesús a lo largo de su camino de dolor y de amor, el camino de la Cruz, que es uno de los momentos fuertes de la Jornada Mundial de la Juventud.
Al concluir el Año Santo de la Redención, el beato Juan Pablo II quiso confiarles a ustedes, jóvenes, la Cruz diciéndoles: "Llévenla por el mundo como signo del amor de Jesús a la humanidad, y anuncien a todos que sólo en Cristo muerto y resucitado hay salvación y redención" (Palabras al entregar la cruz del Año Santo a los jóvenes, 22 de abril de 1984: Insegnamenti VII,1 (1984), 1105). Desde entonces, la Cruz ha recorrido todos los continentes y ha atravesado los más variados mundos de la existencia humana, quedando como impregnada de las situaciones vitales de tantos jóvenes que la han visto y la han llevado. Nadie puede tocar la Cruz de Jesús sin dejar en ella algo de sí mismo y sin llevar consigo algo de la cruz de Jesús a la propia vida. Esta tarde, acompañando al Señor, me gustaría que resonasen en sus corazones tres preguntas: ¿Qué han dejado ustedes en la Cruz, queridos jóvenes de Brasil, en estos dos años en los que ha recorrido su inmenso país? Y ¿qué ha dejado la Cruz en cada uno de ustedes? Y, finalmente, ¿qué nos enseña para nuestra vida esta Cruz?
1. Una antigua tradición de la Iglesia de Roma cuenta que el apóstol Pedro, saliendo de la ciudad para huir de la persecución de Nerón, vio que Jesús caminaba en dirección contraria y enseguida le preguntó: "Señor, ¿adónde vas?". La respuesta de Jesús fue: "Voy a Roma para ser crucificado de nuevo". En aquel momento, Pedro comprendió que tenía que seguir al Señor con valentía, hasta el final, pero entendió sobre todo que nunca estaba solo en el camino; con él estaba siempre aquel Jesús que lo había amado hasta morir en la Cruz. Miren, Jesús con su Cruz recorre nuestras calles para cargar con nuestros miedos, nuestros problemas, nuestros sufrimientos, también los más profundos. Con la Cruz, Jesús se une al silencio de las víctimas de la violencia, que no pueden ya gritar, sobre todo los inocentes y los indefensos; con ella, Jesús se une a las familias que se encuentran en dificultad, que lloran la pérdida de sus hijos, o que sufren al verlos víctimas de paraísos artificiales como la droga; con ella, Jesús se une a todas las personas que sufren hambre en un mundo que cada día tira toneladas de alimentos; con ella, Jesús se une a quien es perseguido por su religión, por sus ideas, o simplemente por el color de su piel; en ella, Jesús se une a tantos jóvenes que han perdido su confianza en las instituciones políticas porque ven egoísmo y corrupción, o que han perdido su fe en la Iglesia, e incluso en Dios, por la incoherencia de los cristianos y de los ministros del Evangelio. En la Cruz de Cristo está el sufrimiento, el pecado del hombre, también el nuestro, y Él acoge todo con los brazos abiertos, carga sobre su espalda nuestras cruces y nos dice: ¡Ánimo! No la llevas tú solo. Yo la llevo contigo y yo he vencido a la muerte y he venido a darte esperanza, a darte vida (cf. Jn 3,16).
2. Y así podemos responder a la segunda pregunta: ¿Qué ha dejado la Cruz en los que la han visto, en los que la han tocado? ¿Qué deja en cada uno de nosotros? Deja un bien que nadie más nos puede dar: la certeza del amor indefectible de Dios por nosotros. Un amor tan grande que entra en nuestro pecado y lo perdona, entra en nuestro sufrimiento y nos da fuerza para sobrellevarlo, entra también en la muerte para vencerla y salvarnos. En la Cruz de Cristo está todo el amor de Dios, su inmensa misericordia. Y es un amor del que podemos fiarnos, en el que podemos creer. Queridos jóvenes, fiémonos de Jesús, confiemos totalmente en Él (cf. Lumen fidei, 16). Sólo en Cristo muerto y resucitado encontramos salvación y redención. Con Él, el mal, el sufrimiento y la muerte no tienen la última palabra, porque Él nos da esperanza y vida: ha transformado la Cruz de instrumento de odio, de derrota, de muerte, en signo de amor, de victoria y de vida.
El primer nombre de Brasil fue precisamente "Terra de Santa Cruz". La Cruz de Cristo fue plantada no sólo en la playa hace más de cinco siglos, sino también en la historia, en el corazón y en la vida del pueblo brasileño, y en muchos otros. A Cristo que sufre lo sentimos cercano, uno de nosotros que comparte nuestro camino hasta el final. No hay en nuestra vida cruz, pequeña o grande, que el Señor no comparta con nosotros.
3. Pero la Cruz nos invita también a dejarnos contagiar por este amor, nos enseña así a mirar siempre al otro con misericordia y amor, sobre todo a quien sufre, a quien tiene necesidad de ayuda, a quien espera una palabra, un gesto, y a salir de nosotros mismos para ir a su encuentro y tenderles la mano. Muchos rostros han acompañado a Jesús en su camino al Calvario: Pilato, el Cireneo, María, las mujeres... También nosotros podemos ser para los demás como Pilato, que no tiene la valentía de ir contracorriente para salvar la vida de Jesús y se lava las manos.
Queridos amigos, la Cruz de Cristo nos enseña a ser como el Cireneo, que ayuda a Jesús a llevar aquel madero pesado, como María y las otras mujeres, que no tienen miedo de acompañar a Jesús hasta el final, con amor, con ternura. Y tú, ¿Cómo quién eres? ¿Cómo Pilato, cómo el Cireneo, cómo María?

Queridos jóvenes, llevemos nuestras alegrías, nuestros sufrimientos, nuestros fracasos a la Cruz de Cristo; encontraremos un Corazón abierto que nos comprende, nos perdona, nos ama y nos pide llevar este mismo amor a nuestra vida, amar a cada hermano o hermana nuestra con ese mismo amor. Que así sea.

domingo, 23 de junio de 2013

FIESTAS PATRONALES 
DE GONDOMAR



Actos religiosos.

. Novena de San Benito, del 2 al 10 de julio: Rosario y Novena a las 20.00 h., Misa a las 20.30 h.

. Fiesta de SAN CRISTOBAL, miércoles, día 10: Misa de campaña a las 12.00 del mediodía, seguida de la Procesión y Bendición de los coches.

. Fiesta de SAN BENITO, jueves, día 11: Misa cada hora desde las 7.00 h. a las 13.00 h.; y de las 17.30 h. a las 21.30 h. Misa solemne seguida de la Procesión a las 12.00 del mediodía.

. Fiesta de SAN ANTONIO, viernes, día 12: Puja de la ofrendas al Santo a las 18.00 h., Misa solemne y procesión a las 20.30 h.

. Celebración parroquial de acción de gracias a San Benito y Virgen del Carmen, domingo, día 14: Misa cantada y ofrenda a las 20.30 h., seguida de la Procesión.    

 ¡Boas Festas! e moita ledicia no Señor


Gondomar 2013

NOVENA
y ROMERÍA

de
San BENITO de Verano
Julio – 2013



Del 2 al 10 de julio:  Novena    
( Novena y Rosario a las 8.00 de la tarde
( MISA cantada a las 8.30 h.
Jueves, 11 de julio:  Romería 
( Misas de mañana: 7.00, 8.00, 9.00, 10.00, 11.00, 12.00 y 13.00 horas
( MISA Solemne y PROCESIÓN a las 12.00 horas
( Misas de tarde: 5.30, 6.30, 7.30 , 8.30 y 9.30 horas.

lunes, 3 de junio de 2013

FIESTA DEL CORPUS
Trabajo, comunión vecinal, 
belleza, creatividad, alegría, 
devoción, amor a la Eucaristía, vida...





























viernes, 24 de mayo de 2013





SOLEMNIDAD DEL CUERPO Y SANGRE DE CRISTO
“Corpus Christi, 2013”


En la sencillez de un poco de pan y un poco de vino, una vez transformados por el Espíritu Santo, contemplamos el sacramento más hermoso y la más bella manifestación de la Iglesia:  El Cuerpo y la Sangre del Señor. La Iglesia hace la eucaristía y vive de ella.

El día del Corpus, realizamos tres actos seguídos: estamos con el Señor, caminamos  con él, y le adoramos. Primero estaremos con el Señor como Iglesia reunida en torno al altar, para celebrar el culmen de nuestra iniciación cristiana: la Eucaristía, el memorial del amor de Dios. Nos alimentaremos del Cuerpo del Señor y, como “somos lo que comemos”, como dice un Santo Padre, y constituidos como un solo cuerpo, “juntos como hermanos”, manifestaremos nuestra fe en Dios y caminaremos con Cristo nuestra Cabeza en la procesión Eucarística. Finalmente, este día nos arrodillaremos y adoraremos a Jesucristo en la Eucaristía: con este gesto, postrados ante el Creador, reconocemos nuestra condición de criatura y fortaleceremos con la adoración el vínculo de amor que nos une. (Cfr Eccesia nº 3675, pag. 19)

Celebrar el Corpus nos invita a ofrecernos también nosotros como “trigo molido”; así, de la celebración hemos de pasar a la vida, al testimonio de nuestra fe en Cristo “Amor de los amores”. El día del Corpus es el día de la Caridad, el día en que el amor de Cristo por nosotros se hace palpable al contemplarle y adorarle, pero también en la escucha de su voz al invitarnos a cumplir el Mandato del Amor.

En este año de la fe, y ante la crísis tan acuciante que sufre nuestra sociedad, y muy en concreto muchos hermanos nuestros -muchos vecinos nuestros- queremos unirnos a la campaña de CÁRITAS DIOCESANA: “compartir es repartir, comparte un día de salario con las personas necesitadas”. Es un gesto sencillo, pero muy concreto y además “contante y sonante” de nuestra caridad cristiana.

Puedes ingresar tu donativo:

  • en la cuenta de Cáritas de nuestra parroquia: 2080 5035 01 3040016639,
  • directamente, en la cuenta de Cáritas Diocesana: 2080 5000 68 3040057969,
  • en mano, en la Sacristía;
será bueno poner siempre como CONCEPTO: Salario Cáritas 2013.   




sábado, 30 de marzo de 2013




TIEMPO PASCUAL






La misericordia
del Señor
venció la cruz del odio.





El ha resucitado y VIVE entre nosotros,
¡Aleluya!

miércoles, 27 de marzo de 2013


SEMANA SANTA EN GONDOMAR
Horarios


DOMINGO de RAMOS, 24 de marzo

!        12.00 horas: Solemne Bendición de Ramos en el Centro Parroquial y Procesión
!        12.15 horas: MISA de la Pasión del Señor
!        7.30 de la tarde: Bendición de Ramos y Misa de la Pasión del Señor.

MIÉRCOLES SANTO, 27 de marzo

!        7.30 de la tarde: Celebración Penitencial y Eucaristía.

JUEVES SANTO, 28 de marzo

!        8.30 de la tarde: CELEBRACIÓN de la CENA del SEÑOR.
!        9.30 de la noche: Procesión de los Cuatro Pasos. Recorrido por las calles:  Párroco Carlos Fernández, San Benito, Emigrante, Ángel Urzáiz,  Eduardo Iglesias, Manuel Losada, Párroco Carlos Fernández e iglesia Parroquial.
!        10.30 de la noche: Hora Santa. Turno de Adoración Eucarística de la ANFE y la ANE.

VIERNES SANTO, 29 de marzo

!        9.00 de la mañana: Laudes y Meditación de las ASiete Palabras de Jesús@.
!        12.00 del mediodía: Vía Crucis y Confesiones.
!        7.30 de la tarde: CELEBRACIÓN de la PASIÓN del SEÑOR.

SÁBADO de GLORIA, 30 de marzo

!        9.00 de la mañana: Laudes y Meditación de la Soledad
!        10.30 de la noche: Solemne VIGILIA PASCUAL:

DOMINGO de PASCUA, 31 de marzo

!        12.00 del mediodía: MISA solemne de PASCUA. Bautizos.
!        8.30 de la tarde: Misa de Pascua.




sábado, 2 de marzo de 2013

NOVENA
y ROMERÍA
 de
SAN BENITO
Marzo – 2013


GONDOMAR

Del 12 al 20 de marzo: Novena de San Benito  
( Novena y Rosario a las 7.00 de la tarde
( MISA cantada a las 7.30 h.
Jueves, 21 de marzo: Romería de San Benito
de invierno
( Misas de mañana: 7.00, 8.00, 9.00, 10.00, 11.00, 12.00 y 13.00 horas. 
( MISA Solemne y PROCESIÓN a las 12.00 horas
( Misas de tarde: 5.30, 6.30, 7.30 y 8.30 horas.